lunes, 8 de febrero de 2010

Pagaza

No vivo en el País Vasco, vivo en Madrid, aunque voy siempre que puedo porque me encanta. Me gusta incluso el orgullo de tierra que se destila allí. Ya pueden imaginar que esa destilación no se refiere al proceso químico que pasa de fermentación para convertirse en descomposición del terrorismo y de quienes lo justifican y no sólo defienden. Hablo de su terquedad (para mí, lejos de ser un defecto es una virtud), de la hospitalidad y del orgullo de pertenecer a un sitio en el cual con lo que hay, hay más que suficiente y sabiendo vivir muy bien.

Pero ETA, los que les apoyan y los que les justifican no forman parte de ese orgullo. Forman parte de la misma premisa que instiga a Hamas, Hezbollah Al Qaeda o Baader-MeinHoff: Jovencitos sin nada mejor que hacer animados a ser héroes por talluditos que en su momento no tenían nada mejor que hacer, que son mantenidos económicamente por solventes que no tienen en nada mejor que pensar y que son justificados públicamente por políticos sin mejores ideas para convertirse en relevantes. Luego podemos añadir otro tipo de aportaciones económicas provenientes de transacciones no muy legales, pero en fin.

Una de las cosas que ha reflejado el Patrón a través de la actitud de la madre de los Pagaza, y que creo que debe quedar claro a todo el mundo que se plantee el por qué de la situación del terrorismo abertzale, es que la clase política se pierde en palabras ante hechos muy tercos. No sé si por miedo, conveniencia o por pasar a la posteridad como el que consiguió el consenso y la pacificación. Estos políticos, al igual que los terroristas, deberían plantearse que no vivimos en un mundo en el cual asesinando a Prim, a Canovas o a Dato se solucionen las cosas. Esos asesinatos no cambiaron nada en una época en la que la esperanza de vida iba de los 30 a los 40 y ahora, alrededor de un siglo después, con la gripe más o menos controlada, tampoco. Tan poco cambia la cosas que apuesto que el perfil del anarquisita de entonces y del extremista de ahora (salvo Mateo Morral, que era bobo) no debe diferir mucho. Y el caso es que siguen planteando las mismas justificaciones vacías cuando las cosas se tranquilizan y siguen siendo yugos inflexibles ante la solidaridad y sufrimiento de la sociedad después de un asesinato. A veces me da por pensar que hasta tienen una tabla que cruza la ideología correspondiente con el tipo de atentado dando como resultado el mensaje a emitir y en qué momento.

miércoles, 3 de febrero de 2010

Leire, nuestra Leire Pajín

La primera vez que leí acerca de Leire Pajín fue en una entrevista por ser la diputada más joven en una legislatura (qué sabia es la mente humana, que no alberga en el largo plazo el recuerdo del dolor). En esa entrevista afirmaba que sí, que ya había ido al Congreso de empalmada tras una noche de juerga (por menores alardes se ha llegado a despedir a gente en empresas). Luego entró en la Agencia de Cooperación y se fue del país; "lógico", pensé yo. Pero no. Era un premio. Era un ir a foguearse para luego volver. Y volver con la frente (marchita o no, pero con ese peazo de frente) al Ministerio de Exteriores.

El caso es que siempre encuentro cierto placer, regocijo más bien, cuando veo a Leire Pajín en una de sus ruedas de prensa. Entre que dice cosas que no interesan a nadie, ojo; ni a los suyos si no es para luego dar leña en los bares, y cómo las dice... miren, Déjenme que les cuente una pequeña historia. Durante cierto tiempo frecuenté unas compañías con tintes progresistas y en ocasiones creo que si tuviera hijos no recomendaría, pero eran políti... bueno, miembros activos del partido que nos ocupa el gobierno, que iban desde diputados a concejales. No frecuentaba por afinidad, sino por negocios, pero me invitaban a sus fiestas y eventos. En una de esas se me ocurrió pegar el oído en una conversación de esas que me habían sido referidas como "¡qué gusto hablar con fulanito de política!" y, sorpréndanse que sólo hablaban de qué majos eran ellos y que tontos eran los otros. Sorpréndanse, digo, por mi candidez al esperar oir comentarios de alta política proveniente de diputados, mientras que lo que obtuve lo podía haber escuchado en cualquiera de esos bares arriba referidos.

Pues bien; esta sensación la tengo de nuevo cada vez que aparece en los medios Leire Pajín. Escuchen con atención su cadencia y oratoria cuando tiene un papel delante, porque lo único que acierta a hacer es a declamar (y regular, muy regular) enumerando ideas de patio de colegio. Unos textos que seguro encuentra geniales en el espejo de su casa pero que debería contrastar con alguien antes de sacarlos a la luz. Cuando no tiene papel, no deja de ser una forofa.

Pero ésta es nuestra clase política con el barniz, en el caso de Pajín, consecuente de nepotismo.

martes, 2 de febrero de 2010

Nuestra TV

qué decir sobre la vorágine de la TV. Ya vimos en su día lo que cobraba Belén Esteban por salir en el programa de Ana Rosa. Esta Belén Esteban que sale en otro programa de T5 y ahora en la Noria. La Noria, que no deja de ser un programa con un diseño que busca aliviar el sensacionalismo que maneja con ciertas tertulias de carácter político o social (no voy a tomarme la molestia de entrecomillar nada). El mismo modelo pero con la proporción inversa es lo que hace Antena 3 por las mañanas en el programa de Susana Griso. Salen una serie de tertulianos (no sé sus nombres, pero uno lleva el pelo largo y el otro sabe de todo) hablando de temas generalistas y portadas de periódicos que luego pierden las nalgas por ponerse a bailar con la invitada estrella de turno. Lo gracioso es que si no haces esto no eres versátil. Claro, pero ¿qué necesidad hay de ser versátil cantando y bailando? ¿No es más productivo ser versátil en nacional e internacional? La respuesta parece ser "No", ya que nadie descabalga esos programas de la parrilla

Pero Mª Antonia, Sopena, MAR... tienen cierto curriculum que están destrozando a pedradas y, encima, extienden su actitud. Porque lo preocupante, realmente, es que este conjunto de tertulianos de sábado por la noche que acuden a programas de marcado carácter político (aunque no siempre exclusivo, que también se debate de tonterías) presentan un comportamiento esquizoide al discutir en los últimos como si estuvieran en los primeros. Este comportamiento arrastra a parte de los invitados y otros (me encanta ver la cara de Serra en el programa de Buruaga) asisten perplejos.

Sobre el padre de MariLuz, bueno, pues me gusta creer que está mal asesorado por un agente que ve que su mensaje es más rentable que llegue a más gente a que llegue con calidad. Ha perdido a una hija y culturalmente, encajamos mejor la pena que la crítica al sistema judicial desde la posición de un afectado real.

En resumen; somos muy poco exigentes con la televisión, pero el nivel cultural medio tampoco da para más. Estos señores se limitan a dar lo que se pide.

lunes, 1 de febrero de 2010

qué es de derechas y qué de izquierdas?

Me gustó mucho una frase que trajo el otro día R. Brown al programa de Alsina y que tiene la autoría de Ortega; "Ser de izquierdas es, como ser de derechas, una de las infinitas maneras que el hombre puede elegir para ser un imbécil". El gobierno (utilizo este término para que nos entendamos, pero muestran tanto gobierno como Ana Obregón capacidad para actuar. Ella tenía una serie y el PSOE tiene la Moncloa), escudándose sus actuaciones en la supuesta progresía clásica de la izquierda está viendo cómo se acaban los recursos y como la economía no avanza. Pero lo peor para el gobierno es que ahora ya no le dejan en evidencia sólo las voces de dentro, a las que puede discutir por ideología y achacar falta de compromiso social, sino que te vienen de fuera a decir "tu modelo de recuperación no sirve ni para reciclar papel".
Y digo supuesta progresía porque incrementar el gasto público, subir los impuestos y zumbarme lo ahorrado, eso también sé hacerlo yo y se llama "tengo una bolsa enorme de pasta y voy a a ver si la estiro hasta las próximas generales" y no se llama "se sale de la crisis a través de la solidaridad".

Y como no hay de dónde sacar, ponen te ponen a trabajar dos años más. Deberían darse una vuelta por la calle los lunes por la mañana y ver la cara de la gente, con qué brío y alegría van al trabajo. Trabajar gusta a pocos. Y que te añadan dos años a la cuenta gusta a menos que a esos pocos, lo que significa, necesariamente, que tampoco gusta a los que les gusta trabajar. Y los que quieren segir trabajando más allá de los 67 son, por lo general, los dueños de empresas, normalmente PYMES, que son las que necesitan a alguien al timón sin las decisiones de un consejo de administración. Y son estas PYMES las que necesitan tranquilidad financiera para ganar productividad y generar empleo. Pero, paradójicamente, son las que están cayendo y las que no son ayudadas por nadie.

La aceptación y la popularidad se ganan de dos maneras; o siendo fuerte (es una pregunta muy típica de los pollsters americanos "Do you think he/she is a strong leader?") o con un rival débil. Merkel, Sarkozy u Obama tienen rivales débiles o inexistentes. Y no hablemos de Berlusconi que encima le parten la cara y, lógicamente, atrae más simpatías por haber sido agredido.
Zapatero, si está mejor valorado que Rajoy en las encuestas, es porque Rajoy es más flojo a simple vista. No es que Zapatero apruebe, que suspende, sino que el otro suspende más y eso tranquiliza al primero. Consuelo estúpido, por otra parte, y tan estúpido como el del PP que se escuda en que tiene más intención de voto. Particularmente me da rabia ver cómo ninguno, de derechas o de izquierdas, tiene las narices para impulsar un cambio en el modelo económico hacia un tejido empresarial sólido. ¿O es que no se dan cuenta que el liberalismo económico y empresarial ha sido la única vía de hacer a un país fuerte? Sólo hay que contar, como ejemplo, cuántas marcas de coches tienen Alemania, Francia, USA o Italia.

Luego están los totalitarismos comunistas, que también daban empleo y coches, pero es que a mí me mola leer lo que me salga de las narices y no lo que diga el comisario político

miércoles, 20 de enero de 2010

Marines en Haiti

Bueno, bueno, bueno... pues ya tenemos a los denostados marines en Haití, un país que, sorpréndanse, no tiene petróleo. El país más pobre del continente americano, el que tiene gobiernos de dilapidación (de pasta, no por adulterios ni leyes religiosas impuestas a las civiles), el que tiene tasas desproporcionadas de delincuencia y asesinatos. Un país que no se respeta así mismo. Dónde esta mañana en el telediario se veía control en la zona boliviana, española o USA, pero no en la jordana, por ejemplo (un despropósito de golpes, empujones, invasión de camiones...) por no hablar de como los efectivos locales repartían, lanzando al aire, el contenido de las cajas.

Pillaje y saqueo... en parte justificado por el hambre y la necesidad, no lo niego, pero resulta que hay sitios dónde no hay apelotonamientos y se ha establecido un orden gracias a la intervención extranjera.
Conclusión, hay intervención extranjera porque se sabe muy bien que, como no se imponga una autoridad, el resultado puede ser más mortal que el propio terremoto. Nosotros mandamos la UME (soldados sin armas), pero eso sí, en lo suyo son buenísimos.

Pues ahí están los marines. No hay petróleo, recuerden. Anda que no les hubiera costado invadir el país antes y no en medio de un proceso de destrucción + rehabilitación y no lo han hecho, al igual que no se han anexionado la República Dominicana. Algo hay, ¿no creen?
Lo que hay es una conciencia colectiva en Europa y SudAmérica absurda heredada desde el siglo XIX y articulada a través del término colonialismo. Un colonialismo que practicaron alemanes, británicos, españoles y... franceses (curioso, no los americanos). La respuesta francesa a la intervención americana (sólo a la americana) me parece recurrente porque con Irak también tuvieron un "quiero petróleo, pero lo disfrazo de asalto a la legitimidad de un país" (por favor... ¿quién no quiere petróleo?). Y me parece inconsecuente, porque aparte del idioma, repasen la lista que he hecho arriba sobre la relidad haitiana y verán que no han aportado ni media, que se dice en castizo.

Lo que me asalta es saber si aquí nos comportaríamos igual ante una situación de catástrofe. La animosidad exisetente acerca de la guerra civil me hace pesimista, pero la reacción en Atocha en el 11M (independientemente de lo que pasara horas más tarde) me hace ser optimista.

martes, 19 de enero de 2010

pautas a destiempo

veo dos formas de comportamiento diferenciadas, pero ambas desacompasadas, entre la reacción a los medios del PP y del PSOE. Mientras el PSOE acude demasiado pronto a hablar el PP demasiado tarde, o nunca. En consecuencia ambos partidos pecan de lo mismo; carencia. Para el PSOE es carencia de análisis. Para el PP carencia de músculo Para ambos carencia de estrategia Saben lo rápido que se mueven los medios, lo cercano que ahora mismo un click para llegar a cualquier información por parte del ciudadano y prefieren lanzar mensajes con impacto aunque sin contenido a permanecer callados esperando que pase todo.

Pero es que todo pasa. La mejor manera para salir de un conflicto o una polémica, no hablemos ya del primer enfoque que Zapatero le dio a la crisis (decir esta palabra entonces era ser mal español, ¿recuerdan?) es no decir nada, no hacer nada, capear en la medida que no se consuma más energía que la necesaria y esperar a que haya otra noticia que ocupe su lugar. Es como mi coche, que es automático, y si tengo metida la directa, avanza sin necesidad de acelerar. Y eso el PSOE y el gobierno lo manejan de vicio y hacen parecer las comparecencias del PP llantos de rabieta. No tenemos que echar mucho atrás la mirada para ver cómo el Presidente zapatero esquivó dos días seguidos la pregunta del desayuno de la oración o la entrevista que pudimos leer el domingo en Pravda.
Ahora, si la situación de vuelve compleja acudimos a una confusión muy común dentro de las culturas cristianas y no tanto entre las judías; confundir responsabilidad con culpa y, entonces, asignarla. Un claro ejemplo es este comportamiento de Alonso. Si Vic salta, Alonso va a por el PP por algo mayor como la Ley de Extranjería (claro, que Alonso no contaba con esto).

De todas maneras parece que nadie ha caído en la cuenta de que España, como en tantas otras cosas, ha llegado tarde al tema de la inmigración. En este caso a España le ha llegado más tarde el tema de la inmigración. Y digo yo; con tanto socio europeo desde GB a Francia pasando por Alemania y Holanda y llegando a las experiencias de los españoles ¿no pueden haber hecho algo por ver qué ocurrió en esos países e intentar algo que haya funcionado o, al menos, no dejar que ocurra algo que no solucionó nada?

lunes, 18 de enero de 2010

Oratoria

Se me acumula. Esa es la sensación que tengo cuando leo la entrevista del Presidente zapatero. Se me acumula una sensación de vacío. Una sensación de no dirección. Se me acumula cierta rabia ante escaparates de esta índole en los cuales, por muy sagaz que sea el entrevistador, la posición off del Presidente, hace que las preguntas se pierdan y salga a relucir la ornamentación
"[...] Y comprendo que esa persona que ha perdido un empleo y su familia, ¿a quién va a mirar? ¿A quién va a buscar, a quién va a responsabilizar? Al presidente del Gobierno. Ésa es una parte de mi convicción democrática y lógica y entendible"
Tampoco me queda claro si lo que es lógico y entendible es la actitud de la gente buscando responsabilidades o su convicción democrática. Entiendo que lo primero, porque ya se encarga el Presidente de subrayar día tras día que no hay demócrata más convencido que un militante del PSOE y dentro de estos no hay demócrata más profundo que él mismo. Los demás son demócratas sólo cuando hay atentados terroristas.

En cualquier caso no importa. Lo que se me acumula es el escaparate que suponen estas entrevistas. Pero ojo, tanto las de Rodríguez Zapatero como las de Pajín y del otro lado Rajoy, Soraya y, ni que decir tiene, Gallardón. Y me sigue preocupando el público al que dirigen esas alocuciones. Si realmente éste es el estilo es porque es la oratoria que triunfa. Y si es la oratoria que triunfa es porque nuestra base social, su masa votante, tiene un nivel educativo pobre, poco analítico y poco crítico. Realmente este es el fracaso perceptible de nuestro sistema educativo a largo plazo. A corto es el propio fracaso escolar.

Una persona a quien respeto mucho, aunque hace tiempo que ya no puedo ver, y que es inspector de educación en Castilla y León me comentaba hace meses que lo que han buscado los sucesivos gobiernos en España a nivel educativo ha sido formar ciudadanos. Trazar una línea de mínimos dónde la persona tenga la capacidad suficiente para trabajar (bueno, en fin), votar, pagar impuestos y cruzar la calle sin que le atropellen. A partir de ahí ya es todo superación personal del sujeto. Y veo que iba en serio. Veo que iba en serio cuando 5 páginas de un periódico se llenan de complacencia y vacuidad, con grandes palabras que hagan de marco, de tal manera que mañana, dentro de un mes y, especialmente, cuando lleguen las elecciones, se recuerde a Zapatero como el que nos sacó de la crisis (saldremos arrastrados por los países que pueden liderar y ya se encargarán de ponerle aquí el lazo) y como la persona de valores democráticos y sostenibles o ¿es que ya nadie se acuerda de "talante"?